Aprendiendo de la vida.
Un día desperté y note que mi mundo había cambiado para siempre. Note que el destino está en tus propias manos, y en algunos casos en las de una que otra persona, por lo tanto debes tratar a los demás como a te gustaría que te trataran a ti. Entendí que la vida se te presenta, salúdala entonces, sonríele y definitivamente vívela. Que el día llega a su fin y que al terminar la noche, el sol vuelve a salir. Comprendí que así como la tierra gira, así gira la vida como conexión perfecta de el todo universal. Y así como el ciclo del agua es perfecto, en la misma medida vas a recibir lo que mereces de acuerdo a tu ciclo de vida. En la misma medida en que te dediques a plantar tus acciones cada día, así será el fruto de lo que recogerás. Pero lo fundamentalmente importante es que así como la vida busca su permanencia universal, así es la capacidad que tiene cada uno de soñar y perseguir sus sueños. Así cómo llueve y sale el sol, así es la forma en que funcionan las circunstancias que nos pre